Transitar en el medio del caos vehicular no divierte a nadie. Lo pone de mal humor. Y hasta lo enfurece. Pero hay un remedio: el Palio 1.8R que Fiat presenta en colores amarillo o rojo. No es tímido ni en el color.
Es chico pero no apretado. Es cómodo para el conductor con una posición deportiva que permite un dominio total sobre el auto: cambios cortos, precisos y pedalera suave con buenos frenos y, especialmente, una aceleración acorde con sus HP. Si no gana en los semáforos es porque estaba viendo otro canal.
Pero atención: no lo use como un auto de carrera. No haga slalom ni se aproveche del tamaño y la agilidad para molestar o hacerse el jóven pícaro. Ande normal, pero divertido. Muchos con complejos diversos y autos carísimos tratarán de correrlo. Pero no lo convierta en una picada. Sea responsable.
El que usé tenía cerca de cinco mil kilómetros y estaba...aprovechado por varios. Pero no tenía ruidos parásitos y se aguantó sin quejarse las calles que nos deja Telerman. Y, salvando los años transcurridos, me hizo recordar a la inolvidable e irrepetible Bolita pero con lo que le faltaba: potencia.
En estos tiempos en que hasta la lechuga es cara, mejor no hablar de precios. Pero el auto hará que después de un rato de conducirlo su stress crónico vaya a parar al asiento de atrás.
J. C. Pérez Loizeau
Fiat Palio - 4ta generación